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Escritorio del pastor

6 de julio

Toma un billete de un dólar y mira el lado con el ojo de Dios. Bajo el ojo de Dios hay una pirámide, la pirámide está inacabada. Los diseñadores del sello lo hicieron a propósito. Estados Unidos es un país que siempre permanece incompleto, su obra nunca termina. Construir la nación de justicia y paz imaginada por nuestros fundadores es una tarea interminable que comenzó hace 249 años con la Declaración de Independencia; continúa hoy, y todos esperamos que continúe durante siglos más. En palabras del Gran Sello, la construcción de la pirámide estadounidense se lleva a cabo bajo la mirada de Dios con la oración: Annuit coeptis, ¡que Dios favorezca nuestra empresa!

En el Evangelio de este fin de semana, Jesús comisiona a setenta y dos discípulos para que lo precedan y proclamen su paz a cada hogar y comunidad. La obra de los setenta y dos discípulos se ha transmitido a cada generación de cristianos, incluida la nuestra. Tanto la obra de establecer el reino de Dios como la de construir Estados Unidos continúan. En este fin de semana del 4 de julio, renovemos nuestro compromiso con la obra de construir la pirámide que es Estados Unidos: vida, libertad y justicia para todos… todas las personas de color, raza, religión, etnia, edad, salud, capacidades, educación, idioma, riqueza y recursos. Como cristianos bautizados, discípulos de Jesucristo, continuemos la obra de los setenta y dos: ser mensajeros de la compasión, la empatía y el amor al prójimo de Dios, sellos distintivos del Reino de Dios.

En nuestro Juramento a la Bandera, declaramos: “Una nación bajo Dios”. Lo decimos tan a menudo que pasamos por alto rápidamente su significado. Significan que Dios nos cuida y nosotros lo admiramos. Debemos recordar constantemente buscar la guía de Dios, como individuos y como nación. Y debemos comportarnos de una manera que haga que Dios se sienta orgulloso de nosotros como sus hijos. ¡Feliz Cuatro de Julio atrasado! -Monseñor Greg